Miércoles 21 de Octubre de 2009
La Palabra
En busca de... Délfor Amaranto Dicásolo, actor, productor, imitador, publicista, dibujante, redactor, guionista
Humorista en serio.
Hombre de mil perfiles, genio inimitable, inventor de programas radiales exitosos. Suceso nacional en los años sesenta que trascendió las fronteras de nuestro país. Célebre personalidad de la radiofonía argentina que -enfático y ameno en la charla- le cuenta su historia a LA PALABRA.
LP - Nos gusta iniciar la charla conociendo cómo fueron los primeros años de vida, el lugar de nacimiento, la escuela...
D.D. - Nací en el 20. Mi infancia fue muy linda porque era una familia muy grande. Yo era el séptimo hijo varón y había seis mujeres también. La pasé muy bien, muy feliz, la familia muy linda. Mis padres eran napolitanos y habían llegado a Chivilcoy, ahí se instalaron y allá nacimos los 13 hijos. Vivimos contentos, en una clase media más vale baja, pero donde no sobraba nada pero nunca faltó. Mi viejo trabajaba de sol a sol, mi mamá no sé esos milagros de las mujeres de antes, lavaba, planchaba, y uno iba al colegio con el guardapolvo blanco. Impecable. Cuando yo tenía 17 años falleció mi papá, cuando cumplí los 18 falleció mi mamá. Chivilcoy ahora es una gran ciudad y dejó de ser el pueblo que fue. En aquella ocasión iba a terminar siendo empleado de una tienda o algo así si me quedaba, entonces estudiaba dibujo. Entonces ya me vine a Buenos Aires, luché, con cuarenta pesos en el bolsillo, hice el servicio militar en el '40 que me sirvió de mucho. En el '41 empecé a trabajar en radio, primero como imitador solista, se llamaba La matinée de Juan Manuel y duraba tres horas a la tarde. Fue allí cuando me bautizaron porque mientras pasaban la tanda de avisos me preguntan cómo me llamaba. Cuando le dije mi nombre completo como era largo y complicado dijeron en el micrófono: "Y ahora señoras y señores, como de costumbre presentamos a una nueva figura... Délfor, el fantasista de la voz..." Desde ese día quedó marcado para siempre, pero es mi nombre verdadero.
LP - ¿Cuál era su rutina artística en esos tiempos?
D.D. Yo hacía -y sigo haciendo- imitaciones. Es un don que te da la naturaleza. Especialmente de los artistas más famosos de aquella época. En ese ínterin, de ese trabajo que hacía que te alcanzaba justo para vivir, conozco a quien hacía dibujos en publicidades para una empresa de remates muy importante que publicaba páginas enteras en los diarios. Este tipo desapareció un día. Yo alquilaba una habitación en Avenida de Mayo. Un vecino me dice: "¿Por qué no lo hacés vos"? Y le dije no... -imaginate que éramos tan diferentes, hoy te sacan los ojos si pueden- y el hombre llamaba desesperado pidiendo los dibujos de este tipo. Un día tuve que sacrificar lo que tenía para comer porque tuve que comprar cartulina, lapiceras, tinta china, pinceles e hice los dibujos.
Cuando llama le digo mire vino ayer el señor y dejó un sobre que lo tengo acá. Me pidió que se lo alcance, se lo llevé y cuando lo abre y los mira, me hizo caer como un chorlito porque me pregunta si yo era dibujante mientras los miraba. Cuando le dije que sí me responde: "Ah, ya me parecía, ese atorrante qué va a hacer estos dibujos!!!". Y a toda costa me llevó a la caja para que cobrara. ¿Sabés lo que cobré? Ochocientos pesos cuando un alquiler de varios ambientes costaba -muy caro- 30 pesos... Y me hace anotar, me abre las puertas de todo. Al poco tiempo estaba en pareja con una chica, nació mi hija, alquilé un departamento, y dibujaba con un muy buen ingreso mensual.
LP - Allí comienza a tener más presencia la radio en su vida...
D.D. - Empiezo en el año '41 en Radio Argentina, cuando estaba de moda el bolero, haciendo un programa distinto, con discos pero diferente que se llamó "Tango y bolero", era un contrapunto entre Juancito Monti que hacía tango y yo, el bolero. Duró diez años pero lo abandoné porque ya no podía. Dejé todo lo demás de Radio Argentina por La Revista Dislocada que me absorbió totalmente...
LP - ¿Cuándo empieza con La Revista Dislocada?
D.D. - La Dislocada empieza en Radio Argentina precisamente en el '52 pero fueron nada más que dos meses. Yo vi el asunto porque vino un representante que me quería programar en las salas cinematográficas. Le dije que hacía poco tiempo para que la gente vaya. Me propone una prueba en un cine de Flores y se llenó. Entonces le dije que iba a ser mi representante pero que había que empezar en una radio con cadena. Conseguí como auspiciante a Calzoncillos Ca-Si. Cuando voy con el aviso a la radio me dicen que no se puede decir "calzoncillos" por radio... ¡igual que ahora! Y ahí me valió saber dibujo porque estudié con la Cárcova, un italiano célebre, riguroso, obsesionado con la anatomía y la perfección. Me voy a dormir y no podía, pensando qué hacer con ese cliente que no me aceptaban... y encontré -inventé porque no existía- la palabra "anatómico". Y fui con cierta picardía porque esos calzoncillos eran también para mujer. Era la época de Divito y como tenían un elástico de quince centímetros las mujeres los usaban para afinar la cintura. Para convencer al cliente le propuse leerle a sus espaldas el aviso. Le leí el aviso de la mujer: "Exalta su figura... modela su físico..." y le gustó.
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HASTA PRONTO.
Presentación
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El 5 de agosto de 2009 se presentó, en el *Centro Cultural Caras y Caretas*
de Buenos Aires, la novela *El brazo de tu madre* de Patricia Odriozola.Particip...
Hace 15 años
2 comentarios:
Volvió La Dislocada, los estaba extrañando, que tengan un buen año aunque los gorilas siguen andando por aquí.
dando un vistazo a tu blog
saludos desde Reus Catalunya
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